sábado, 28 de junio de 2014

Mundial 2014: El 'caso Luis Suárez' puede pasar factura a Joseph Blatter

El voto de la Conmebol, que era territorio del presidente de la FIFA puede dividirse

El ‘lobby’ sudamericano encaja mal la tremenda severidad en la sanción al goleador uruguayo

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter. / FOTO: Steffen Schmidt - AP

Francesc Aguilar 28/06/2014 13:44

En la historia de la FIFA va a existir un antes y un después de Brasil 2014. Las cosas ya no van a ser iguales para el presidente Joseph Blatter ni para quienes dirigen en la actualidad el organismo del fútbol mundial. A partir de esta Copa del mundo que ha estado marcada por las acusaciones de corrupción y mala gestión a los dirigentes de la propia FIFA y del comité organizador a cargo de políticos brasileños con Romário da Souza a la cabeza.

Ricardo Teixeira, miembro del Comité Ejecutivo y del Comité Organizador de Brasil 2014, presidente de la Federación Brasileña de Fútbol (CBF) se vio obligado a dejar sus cargos ante la presión popular, mediática y judicial que ha sufrido. Las palabras de Joseph Blatterde que “la Copa del mundo de Brasil está siendo un completo éxito, estoy impresionado”, parecen de ciencia ficción, con estadios e infraestructuras sin acabar, con la mayoría de selecciones sin poder entrenar en los estadios en los que deben jugar por el mal estado del césped (fundamentalmente en Maracaná, donde debe disputarse la final el 13 de julio próximo). Con fallos de seguridad notables que propiciaron las invasiones de barras argentinas y, sobre todo chilenas, en Maracaná.

Tampoco están yendo las cosas demasiado bien a la FIFA con esas decisiones populistas que buscan contentar a la “artillería mediática de habla inglesa” como les definió Óscar Washington Tabárez. La sanción aFranz Beckenbauer, que ya ha sido retirada, de 90 días, parece un chiste. El Kaiser fue el primer “chivo expiatorio” de la FIFA para aligerar la campaña británica contra el organismo que data desde antes de 2018 cuando le dieron la organización de los mundiales de 2018 a Rusia y de 2022 a Qatar. Inglaterra fue derrotada en la primera votación.

Tampoco se han hecho bien las cosas en el ‘caso Luis Suárez’. Nadie discute la sanción de nueve partidos y la multa, pero dejarle sin poder trabajar como futbolista hasta finales de octubre es sencillamente una cacicada. El sindicato de futbolistas (FIFpro) ha asegurado que va en contra del derecho de cualquier trabajador de poder ejercitar su profesión. Lo peor es que existe una opinión generalizada de que ha sido una ‘sanción mediática’. Las duras pero reflexionadas acusaciones del seleccionador de Uruguay, Óscar Washington Tabárez, han hecho reflexionar a mucha gente que conocen bien la seriedad del técnico charrúa.

Su renuncia a formar parte de la importante Comisión de Estrategia de la FIFA porque “no comparto los mismos valores con esas personas” ha sido valorada en su justa medida en el fútbol mundial y, sobre todo, en Sudamérica y resto de continente. Tabárez tiene la medalla delOrden de la FIFA y ha sido distinguido por la UNESCO por su trabajo en pos del ‘fair play’ y la educación de los muchachos en el fútbol.

Elecciones calientes

Joseph Blatter se va a presentar a la reelección. De momento, sólo Jerôme Champagne ha dicho que va a ser su rival. Todo el mundo está esperando ver que posición toma el presidente de la UEFA, Michel Platini. Antes del mundial, Joseph Blatter tenía controlada una amplia mayoría de votos en todas las Confederaciones. Hasta en Europa, que le pidió por medio del holandés Michael van Praag, que lo dejara, controlaba unos 15 votos, que no está nada mal.

Dominaba ampliamente cara a las urnas. ¿Y ahora? Durante la Copa del mundo ha existido un cierto cambio de aires. Ahora no es descartable un pacto entre la Conmebol y la UEFA, con Ángel Villar de puente, con votos del África francófona y de los países árabes, junto a naciones de peso en Asia, con Corea de pivote, con China y Japón dudando qué hacer.

La FIFA ha perdido toda su credibilidad. A nivel de calle nadie considera que se hagan las cosas bien, ni siquiera acorde a las leyes vigentes. El cachondeo de la investigación de la elección de Qatar 2022 clama al cielo. “A Luis Suárez casi le envían a Guantánamo”, como ha denunciado Diego Armando Maradona. Ningún dirigente, salvo el qatarí Bin Hammann que decidió ser opositor a Joseph Blatter ha sido sancionado o expulsado de su cargo directamente. Ni uno sólo, cuando las denuncias se suman, una detrás de otra.

Nadie puede descartar que Joseph Blatter, hombre hábil donde los haya, que controla muy bien el mundo del fñutbol y sus ‘leyes no escritas’, siga al frente de la FIFA cuatro años más tras ser reelegido en 2015. Lo que sucede es que ya nada será igual en la FIFA. Además, han dado muestras de una terrible fragilidad tras ser víctima fácil de la campaña contra Luis Suárezpropiciada por los medios británicos, italianos y hasta brasileños. Cada uno con sus propios motivos.

Que Michel Platini se presente o no a las elecciones de 2015 va a ser importante, pero el ex crack ‘bleu’ no quiere entrar en guerras. Está muy escamado por las acusaciones vertidas hacia su persona por el tema de la elección de Qatar 2022. De momento, hace oídos sordos a la mayoría de federaciones europeas que le piden que de un paso al frente y se presente. Mientras, Joao Havelange, el ex presidente de la FIFA que dirigió el fútbol mundial desde 1974 en que sucedió a Sir Stanley Rous hasta 1998 en que dio paso a Joseph Blatter, secretario general bajo su mandato, ve con escepticismo en que están convirtiendo el organismo que él controló con ano de hierro en guante de seda.

Eran otros tiempos, aunque, como declaró un importante dirigente sudamericano a MD, “había mucho más honor entre quienes dirigíamos la FIFA”. Y quien lo afirma sabe de lo que habla.


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